Un colgado repartidor de pizzas, en España, fue a denunciar que le habían robado un pedido que transportaba y la recaudación cuando en realidad lo que hizo fue distribuir la comida y el dinero con otras dos personas.
Lla empresa en la que trabajaba el condenado reclama la cantidad de 341 euros por los perjuicios ocasionados.
En definitiva, no es conveniente fumar cuando laburas y menos si repartís comida.
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