La historia es la siguiente: Paul Ludwing, un alemán de 69 años, terminó de escribir la nota para su familia, la dejó en la mesa de su casa y partió hacia los bosques. Allí, luego de buscar un árbol acorde a su plan, trepó varios metros y se ató con un cinturón, para tener sus manos libres. Tomó la escopeta, la apoyó contra su cabeza y disparó. La familia lo busco durante muchos años y nunca lo encontró, todo hacia pensar que lo que había escrito en la carta se había echo realidad "No me busquen, porque no me van a encontrar", así durante tres décadas quedo atado en ese árbol sin que nadie lo viera. Sebastián Gunther y su novia Stefanie Bauer, fueron quienes vieron los huesos colgando del árbol cuando se encontraban pasando una linda tarde de primavera bajo los árboles en el bosque de Bruckberg, una localidad al sur de Alemania. Los efectivos policiales bajaron el esqueleto, aún atado a 12 metros de altura, fue reconocido por los que quedan de la familia, pero esto no es solo lo que sorprende, sino porque el hombre había logrado trepar al árbol pese a tener una prótesis de cadera.
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