El alcohol es -además de las grasas- el otro gran diluyente de los tricomas ricos en THC.
A partir del mismo es posible hacer un extracto de marihuana o concentrado -este último se usa para cocinar.
Para hacer extractos y concentrados de alcohol y marihuana hay que elegir licores de alta graduación -ron, vodka, gin y whisky-, estos cuatro básicos de la coctelería son los más eficaces.
De todas maneras, si hay algún otro licor que se encuentre entre tus bebidas preferidas -mientras no sea tequila, la mezcla es radioactiva- también podrá ser utilizado.
El proceso es el mismo con cualquier graduación:
100 gramos de hojas de marihuana sumergidas en un bol o frasco de vidrio grande con1 litrodel alcohol elegido.
Remover bien la mezcla, asegurando que las hojas queden en el fondo.
Taparlo y dejar que macere.
Una semana después vendrá el filtrado en el que será necesario exprimir las hojas a conciencia, para finalmente guardar el líquido resultante en una botella, preferiblemente oscura.
Es recomendable etiquetarla o que al menos identificar la botella, especialmente si compartís residencia.
Deberás tener en cuenta que acabas de producir un elixir muy potente, y por lo tanto, debe beberse con mucha moderación.
¡No bebas más que un vasito tequilero!
Aumentar la dosis no multiplicará los efectos psicoactivos, sino que te producirá mareos. Es decir, el típico efecto producido al mezclar grandes cantidades de marihuana y alcohol.
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