La modelo Adriana Abascal a pocos días de contraer matrimonio con el millonario empresario francés Emmanuel Schreder, cuenta su experiencia.
La revista Grazia ha podido tener acceso en exclusiva a una confidencial conversación que han mantenido la modelo y un amigo suyo en la casa que este posee en Ibiza.
Tras ser elegida como Señorita México en el año 1988, Adriana Abascal comenzó a compartir su vida con hombres que superaban considerablemente su edad y a los que atrajo, además de por su belleza, gracias a su inteligencia, según su amigo.
La modelo mantuvo una relación durante 7 años con el entonces magnate de los medios de comunicación mexicano Emilio Azcárraga. Tras la muerte de este, Adriana se reencontró con el empresario español, Juan Villalonga, el que fue su primer marido y con el que tuvo 3 hijos.
En el medio de esas relaciones, también salió con dos empresarios más: uno norteamericano -Chris Brown- y otro francés: Mathias Helleu.
Tras su divorcio, la modelo, que va a contraer matrimonio el próximo 29 de junio con su actual pareja, ha confesado a su amigo “estoy más convencida de tomar la decisión de casarme con Emmanuel completamente enamorada”. Cuando le preguntaron si solo le gustan los millonarios, Adriana respondió: “Si yo tuviera un puesto en el mercado, me casaría con el que vende pescado”.
Pero la mexicana, que vive entre Los Angeles, París y España, eligió ahora al presidente de Catella France, una multinacional especializada en la prestación de servicios inmobiliarios y que obviamente, nunca vendió pescado.
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